Buscar este blog

¿El diablo su Exegeta de cabecera?

¿El diablo su Exegeta de cabecera?
Tomada de: Primera nota. Revista Palabra Profética. Marzo 2011



Para poder explicar y hacerle comprensible el porqué del título de la presente nota editorial se hace necesario empezar por definir los dos roles principales a que designó el Señor aquellos que apacentamos. Durante los albores de la Iglesia primitiva se presentaron ciertos inconvenientes al seno de la Iglesia, los griegos murmuraban contra los hebreos, alegando que sus viudas eran desatendidas en lo que respecta a la ayuda material, lo cual llevó a los doce apóstoles a definir tales roles claramente:

Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Hechos 6:2-4


He colocado en negrillas las dos principales labores del obrero de Dios, infaltables, insustituibles e invaluables a la hora de apacentar la grey y glorificar a Dios. No cabe duda que cuando un pastor y maestro dedica una buena parte de su tiempo (la mayor) a estas se siente profundamente satisfecho consigo mismo, optimista y realizado en lo que respecta a su labor – no es para menos- podrían decir que son los momentos más gloriosos y donde se siente más confiado y seguro.

Pero, ¿qué diría Usted si le dijera que esos momentos, cuando Usted está a solas con Dios ya orando de rodillas, ya sumido en la meditación de las Escrituras, son las más peligrosos? Probablemente Usted respondería: El Señor es mi refugio… mi Castillo Fuerte…. mi Protector… y claro, esto en palabras claras es cierto. Pero se hace necesario que recuerde que “engañoso y perverso es el corazón”[1] y que es simpleza… …olvidar las “acechanzas del diablo” [2] el anda rondando[3]. Permítame mostrarle que muchos siervos incluso en la misma presencia del Dios vivo, esto es Cristo, fallaron al olvidar esta realidad.

MALDITA SEGURIDAD DE SU CAPACIDAD. 
Se puede dar cátedra sobre la doctrina de la “depravación total” del hombre impío, de su pecar y solo pecar, de la total incapacidad de éste para hacer el bien y olvidar que tal incapacidad persiste, si bien de manera remanente, persiste en el creyente: 

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Romanos 7:18-19 

Juan Calvino en su comentario a este pasaje dice: “Necesitamos aceptar así también lo que sigue: Que (Pablo) hace el mal que no quiere, porque los creyentes tienen la carne, que no solo les impide un avance rápido, sino que les obstaculiza haciéndoles tropezar y fracasar”[4].

Pablo viene a mostrar su absoluta dependencia de Cristo para hacer lo bueno cuando dice versículos más adelante:

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Romanos 7.24-25 


Notemos cuan poca confianza pone en su propia humanidad y cuan dependencia de Cristo en su “querer como hacer” [5] el bien. 

Recordemos que le profeta Jeremías nos da una pista en esto cuando declara lo dicho por Efraín:
“conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios” Jeremías 31.18b. 


Debido a su estudio teológico, experiencia pastoral, o años de consejería se puede creer “un profesional[6] y hacer de la Oración y la meditación de la Palabra una rutina que mate. Se es proclive a olvidar de donde le saco el Señor. Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides. Isaías 44:21

Para tratar de cerrar este punto permítame citar las palabras de John MacArthur: De modo que no hay personas intrínsecamente calificadas. Dios mismo debe salvar a los pecadores, santificarlos y luego transformarlos de descalificados en instrumentos que puede usar. Los Doce eran como el resto de nosotros; fueron seleccionados de entre los indignos y los descalificados. Eran, como Elías, hombres sujetos “a pasiones semejantes a las nuestras” (Santiago 5.17). No alcanzaron las más grandes alturas del servicio porque hayan sido de alguna manera diferentes de nosotros. "Su transformación en vasos de honra fue únicamente obra del Alfarero[7]


SU PECADO PRESENTE EN LA ORACIÓN

Mientras predicaba una serie de sermones sobre el Sermón del Monte y al llegar al tema de la oración, inevitablemente hube de re-consultar hombres piadosos que nos han dejado un legado exegético en este tema entre los muchos sobresalen dos que han sido determinantes en mi comprensión del Ministerio y su relación con la oración: el primero Martyn Lloyd –Jones quien advierte de la necedad de olvidarse de su condición pecaminosa al momento de orar.
El afirma que: … la imagen más elevada que se puede formar de un hombre es cuando se lo ve de rodillas delante de Dios… Ahora bien según nuestro Señor el pecado es algo que nos afecta tan profundamente que incluso cuando nos dedicamos a esa actividad, está con nosotros para tentarnos…Para formarnos una idea exacta del mismo y comprenderlo, debemos ver a algún gran santo, algún hombre fuera de lo corriente en su devoción y dedicación a Dios… el “yo” lo está asediando. Y la tentación para él consiste en pensar acerca de si mismo, en realidad adorarse así mismo en vez de adorar a Dios… el pecado es algo que nos sigue incluso hasta la presencia misma de Dios.

Notemos que se puede estar un largo tiempo postrado delante de Dios centrado en sí mismo y no en la Gloriosa persona de Nuestro Dios. Como los hipócritas descritos por Jesús. 

Si tiene duda repase “la oración del Fariseo y el publicano” y hallará una forma incorrecta de orar y otra que en verdad agrada a Dios.
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia.  Salmo 33:18 

Dios nos espera superhombres en su presencia – solo existen en la imaginación- Dios espera hombres totalmente desvalidos, sin fuerza, cansados, con dudas y temores que son consientes de su incapacidad. Recordemos aquella frase célebre: “Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuanto puedes, y a que pidas lo que no puedes". San Agustín. ¿Y qué hemos de pedir como conviene? No sabemos… sino que el Espíritu nos viene a auxiliar en nuestras flaquezas” [8]. ¡Qué humillante para el carnal orgullo esta realidad! Somos los brazos, los pies, los ojos, la boca; el cuerpo de Cristo, solo eso y nada más. Sin menosprecio de tan gloriosa verdad pero también sin ínfulas y prepotencia. Quienes predicamos somos tanto o mucho más débiles que el más débil del rebaño. Tanto que nunca hallaremos razones por las cuales Cristo nos puso en tal honra. Y no las hallaremos porque no las hay Solamente su Bendita Gracia.

EL DIABLO SU EXEGETA DE CABECERA

Durante los primeros días de diciembre del 2010 estuve en Medellín recibiendo enseñanzas del Dr. R.C. Sproul Jr. quien en una de sus conferencias advertía al predicador que estuviera alerta al momento de interpretar las Sagradas Escrituras (tarea que necesariamente tiene que realizar siempre el predicador) ya que cuando se sienta en su escritorio para hacer exégesis el diablo se sienta con él para ayudarle. Esto afirmaba recurriendo a Génesis capitulo tres donde la serpiente –Santanás- le ayudaba a comprender una nueva dimensión del Palabra de Dios a la primera pareja humana. 
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Genesis 3:1-5

Como dije al comienzo de esta nota editorial, creerse libre de las artimañas del diablo solo porque está en su tiempo devocional o peor en su tiempo de preparar el sermón es un error mortal. La primera acción desde el edén del maligno es torcer las palabras de Dios. Lo ha hecho desde entonces a lo largo de la historia de la humanidad. El tiene la ventaja de sobrevivir generación tras generación hasta que venga el juicio. El error del creyente es ignorar o menospreciar las Escrituras (la historia sagrada) y todo lo que ellas afirman que ha hecho este malvado personaje usando hombres para el tal fin.
Es necesario observar el “quehacer” maligno no es tan peligroso en las esferas del pecado grosero tal como el adulterio, la ebriedad o la violencia ya que por su propio peso es reconocido y rechazado por el creyente. 
“Si uno quiere verdaderamente entender algo acerca de la naturaleza de Satanás y de sus actividades, lo que hay que hacer no es moverse en los estratos más bajos de la vida; si uno quiere saber algo acerca de Satanás hay que ir al desierto donde nuestro Señor paso cuarenta días y cuarenta noches. Esa es la imagen verdadera de Satanás cuando lo vemos tentando al mismo Hijo de Dios” [9]

La batalla descrita en Mateo  4 es de dimensión exegética. Versos invocados por Satanás pero dándoles un sentido (tarea exegética) torcido y para su propia gloria. Y Cristo-hombre, manteniendo el espíritu del texto bíblico no solo en su sentido gramatical, sino histórico y teológico. No se engañe, la batalla no es solo cumpliendo el rito de orar y estudiar la Biblia “religiosamente”. La exégesis no es solo un arte (don) es también una ciencia con leyes y principios. Y si se atrevió a tanto con El mismísimo Dios, ¿Qué le hace pensar que el diablo ahora mismo no está sentado a su lado?

SUS POSIBLES FLAQUEZAS

Creo que debemos combatir el pecado que mora en nosotros sin menosprecio de la diaria batalla con el enemigo de las almas. Bien, creo que Satanás no viene personalmente a confundirme a mí, el se ocupa personalmente de personas muchísimo más piadosas. Pero no hay duda que envía demonios para tal fin. Eso es lo que nos advierte Pablo en su 1ª carta a Timoteo:
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 1ª Timoteo 4:1

¡Maestros de doctrina! Demonios que manejan mejor (o peor) la hermenéutica y la exégesis para fines oscuros y terribles. Este es el origen de las herejías y las sectas. Cuidado con hacer de la oración y la meditación bíblica una rutina profesional. 

“Pensemos, comprendamos la Verdad, “aferrémonos a la doctrina”. La oración puede ser bastante inútil y vacía. La Biblia tiene mucho que decir sobre la oración y sobre como deberíamos orar. En un sentido, la oración no es sencilla puede llegar a ser difícil. En ocasiones la oración es una excusa para no pensar, una excusa para eludir un problema o una situación. ¿Acaso no estamos familiarizados con ello en nuestra propia experiencia? A menudo hemos tenido dificultades y hemos orado a Dios para ser liberados, pero mientras tanto no hemos corregido lo que debíamos en nuestras vidas. En lugar de enfrentarnos con el problema, y hacer lo que sabíamos que debíamos hacer, hemos orado. Señalaría que en una situación como esta; nuestro deber no es orar, sino enfrentarnos a la Verdad, enfrentarnos a la doctrina y aplicarla. Entonces tendremos derecho a orar, y no hasta entonces” [10]

Permítame terminar enumerando algunas de sus posibles flaquezas en esta batalla exegética a saber:
1. Ignorancia o limitaciones de su comprensión gramatical y literal del texto Bíblico

Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí 1ª Corintios 14:10-12 

2. De la misma manera desprecio del contexto histórico del pasaje a interpretar, no solo para verificar el uso de palabras y dichos en su apropiada contemporaneidad sino para saber exactamente lo que quiso decir el autor bíblico.

… en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años. Daniel 9:2

3. Limitaciones del sentido teológico por ignorancia de las doctrinas medulares que sostienen el todo de la verdad Bíblica como por ejemplo Canoníca, Ética Bíblica, Salvación, La Trinidad, El Decreto de Dios, Exégesis e interpretación de las Escrituras, Eclesiología, Escatología etc. En resumen TEOLOGIA, eso que algunos asegura que divide la Iglesia –pero rotundamente no a la genuina—. TEOLOGIA palabra que bien comprendida en español significa conocer a Dios.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3
Hermano: prepárese no sea que el diablo sea su exegeta de cabecera.


Pr Manuel Cendales S.



[1] Jeremías 17.9
[2] Efesios 6.11
[3] 1ª Pedro 5.8
[4] Epístola a los Romanos. Pág. 187. Libros desafío.
[5] Filipenses 2.13
[6] Leer “Hermanos, no somos profesionales” de John Piper.
[7] “Doce Hombres comunes y Corrientes”. Betania-Caribe.
[8] Romanos 8.26
[9] El Sermón del Monte. Tomo II pagina 27.D. Martyn Lloyd-Jones. El Estandarte.
[10] I Juan, Martyn Lloyd Jones, obediencia, Oración, pecado, virtud pág. 20-21.