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¿Qué espantó a Job?

Pr. Manuel Cendales S.

¿Qué espantó a Job?

Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en él. Por lo cual yo me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
                                                          Job 23:13-15
                                            

Para el lector desprevenido la pregunta que encabeza la presente reflexión bíblica podría parecer propia de un simple. Ningún personaje de las Santas Escrituras tendría más razones que Job para entrar literalmente en “shock”[1] Le fueron quitados sus hijos, sus riquezas, su esposa, además de ser infligido con “sarna” cuyo escozor, olor y aspecto asqueroso colmaban el patético cuadro de quien bien pudiéramos llamar “padre de la paciencia”, así como Abraham lo fue de la FE. Sin embargo ¿fue esto lo que “espanto” a Job?

En el libro de Job, cuatro veces aparece la palabra “espanto”[2] En dos ocasiones es mencionada en relación a Dios y su misteriosa gracia por Elifaz (Job 4.14 y Job 22.10) considerado el amigo más acertado y cuyas intervenciones generalmente precedían la entrada a escena del Señor. Una más, y en esta ocasión es Dios mismo, quien convenciendo a Job de su ignorancia, hace referencia a la ardentía providencial del caballo, quien no se espanta en medio de la batalla.(Job 39.22)

Y la cuarta vez, es expresada por Job en nuestro pasaje en referencia. Vuelvo a la pregunta“¿Que espantó a Job?”
                                                                             
Si no fueron sus calamidades por sí mismas, ¿Podrían haber sido las tesis de sus amigos? Permítame recordar que estos, grosso modo, creían que a los justos les iba bien y a los impíos mal. Estos amigazos, argumentaban por ejemplo que las riquezas de los impíos no eran ventajas reales[3] pero Job refutaba diciendo que no sólo eran reales, sino provisión para su descendencia[4]. Zofar, por ejemplo, aseguraba erróneamente que los impíos (por ser impíos) morían prematuramente[5]. Job no solo no estaba de acuerdo, sino que, como es verdad, decía que el poder de estos aumenta al envejecer[6]. Por otro lado Bildad había dicho que los impíos mueren sin hijos (como estaba a punto de sucederle a Job), la respuesta del paciente siervo es:
                                                          
 Su descendencia se robustece a su vista,
Y sus renuevos están delante de sus ojos…
…Salen sus pequeñuelos como manada,
Y sus hijos andan saltando.
Al son de tamboril y de cítara saltan,
Y se regocijan al son de la flauta.
Pasan sus días en prosperidad,
Y en paz descienden al Seol. 
                                                   Job 21.8/11-13

¿Les parece que el espanto de Job provenía de estas tan erradas argumentaciones? ¡Claro que no!
                                                                                  
Hasta aquí Job, podría estar seguramente confundido, pero la verdadera razón de su espanto proviene de reconocer uno de los atributos de Dios, quizás el más odiado por los hombres, resistido aún por genuinos creyentes, (El amor todo lo cree…), y que en su esencia suele ser incomprendido por su propia naturaleza: La Soberanía de Dios


Muchos hablan con tal arrogancia, que dan la impresión de conocer absolutamente a Dios. Si bien, Él se ha dado a conocer por medio de las Santas Escrituras, tal conocimiento de Sí tiene un propósito salvífico y esperanzador (no hay duda) pero, con todo, supera toda expectativa humana. Lo revelado de sus perfecciones en la Biblia nos demanda toda una vida (y unas cuantas más) de meditación para comprenderle. Y la Biblia, en todo caso, no lo revela absolutamente[7]solo en lo que de Sí creyó Dios necesario supiésemos para perseverar hasta el fin[8]. En palabras de Derek Thomas[9]

“No podemos conocer la mente de Dios. Dios es grande y, en última instancia, incognoscible.”[10]
                                                                                   
Por otra parte, y específicamente hablando de su voluntad, plan, o propósito, hemos de recordar que a la luz de las Escrituras hay dos distinciones de la voluntad de Dios necesarias para nuestra edificación bíblica y además comúnmente aceptadas por los hombres de Dios más piadosos y eruditos a lo largo de la historia de la Iglesia o podemos señalarla como su voluntad de propósito y su voluntad de mandamiento.

De tales distinciones habló Moisés a Israel en su segunda enunciación de la ley:

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. 
                                                           Deuteronomio 29:29



Su Voluntad Revelada: Manifiesta en preceptos[11], también conocida como preceptiva. Esta, la voluntad preceptiva o lo mandado, frecuentemente no es hecha y es dejado de lado el mandamiento, es a menudo violentada, porque los hombres están en rebelión contra Dios. Si la voluntad humana fuera mayor, más poderosa que la divina, vencería, y reinaría en cambio de Dios.
                                                                              
Su Voluntad Decretada: Secreta y misteriosa para los hombres (incluso los creyentes), también conocida como decretiva. Cuyas característica más sobresalientes son a saber:

  • Esta no puede ser frustrada[12].
  • Es Eterna[13].
  • Es eficaz[14]
  • Es inmutable[15]
Viene a mi memoria la oración del hombre más santo, humilde, amoroso y poderoso que haya pisado la tierra, Jesucristo hombre[16].
                                                           
…Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
                                                         Lucas 22:42

Oración que está saturada de una eterna realidad. Dios es Dios, todo lo que quiso ha hecho y cuya voluntad decretiva, por inamovible, espanta. Vayamos a nuestro texto. 

Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. 
                                                        Job 23:13


Que distinto es el sermón contemporáneo. Fantasioso y engreído, presenta a un dios mutable, débil de carácter, fácil de persuadir a través de “oraciones” que más que suplicas humildes y sensibles a su voluntad decretada son, como diría Marcos Vidal[17] “gritos y exigencias”. Vidal en su tema “dime la verdad” en referencia a aquellos que se quejan de que Dios no escucha ni responde y con innegable alusión a la Soberanía de nuestro Rey dice:

“Te resulta fácil refugiarte en tu amargura
Inventarte otros culpables y esperar que acuda el Rey
No le conoces todavía.
No sabes que El no responde a gritos ni exigencias
Que El es Dios y tu eres hombre
Y no te puedes esconder.
No le impresionan tus historias...”

Job, iluminado por el mismo que reveló a Pedro la divinidad de Jesús[18], comprende cuan inmutables son las decisiones de un Dios que no sabe de contingencias o posibilidades cuando se trata de su voluntad, sino de certidumbre. Su Palabra en Él es si y es amen. Él siempre, siempre, hace lo que quiere. Jamás puede ser frustrado.

 Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en Él.
                                                            Job 23:14

En todo lo que desde su concepción hasta ahora (es claro para Job) le ha acontecido, más allá del maligno, sus hijos, su mujer, sus amigos, las circunstancias, está Dios. Él lo ha hecho. Esta es la raíz de su espanto. Recuerdo que hace algo más de tres años, Juanita, mi hija menor, ahora de siete años, padeció la terrible osteomielitis[19]. Al despedirnos de la niña, entrando ella al quirófano para que le fuese hecha una cirugía muy delicada, en mí incredulidad pregunte al Señor "¿Por qué a mí?" La respuesta que vino a mi mente fue inmediata en forma también de pregunta ¿Y por qué no?, Y eso me espantó. Él es mí Dios, oré, y como Job repetí:

He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; 
  Job 13:15

¿Fue Job una suerte de fatalista? No lo creo. Sólo que supo que aunque a la presente no había entendido todo, peores cosas podrían venir y aun así no significaría que su Salvador le hubiese abandonado, sino que se Glorificaba en su vida, aun en su sufrimiento, infligido por Satanás, pero que a la postre le haría bien.

Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.
                                              Génesis 50:20

 Por lo cual yo me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
                                                 Job 23:15

Finalmente, sería de elevadísima sabiduría no relacionarnos con nuestro buen Dios, gracioso Salvador, y amante Padre sin considerar su Soberana Divinidad. Y aun estando en sus cámaras, mantener ese reverente espanto que nos aseguré que le vemos como Dios. Y nosotros, aunque redimidos y adoptados seguimos siendo sus esclavos y vasos de barro.

Cristo nuestro Dios Reina. Amén



Pr. Manuel Cendales S.


palabraprofetica@hotmail.com

1 Anglicismo que connota impresión negativa extrema.
2 De las palabras hebreas bajal y raa.
3 Job 5.5/15.20/20.15-18/21.7
4 Job 21.7-8
5 Job 20.11/ 21: 7,3
6 Job 21.13
7 De manera absoluta, completa, plena. Es decir ...eterna.
8 En lenguaje escatológico el día terrible del Señor. La única segunda y final venida de Cristo.
9 Nació y se crió en Difed (Gales). Graduado del Reformed Theological Seminary en Jackson Misisipi del cual hoy es docente.
10 Derek Thomas. Cuando arrecia la tormenta.(El mensaje de Job). Págs. 199.Comentarios Peregrino.
11 precepto. (Del lat. praeceptum). m. Mandato u orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito. || 3. por antonom. Cada uno de los del Decálogo o mandamientos de la ley de Dios. || ~ afirmativo. m. Cada uno de los del Decálogo en que se manda hacer algo. Diccionario DRAE.
12 Isaías 55.11
13 Hechos 15.18
14 Isaías 14.24-27
15 Malaquías 3.6/ Números 23.19/hebreos 6.18
16 100% hombre y 100% Dios. Una sola persona.
17 Pastor y compositor de cánticos comtemporaneos.
18 Mateo 16.17
19 Infección severa y crónica en los huesos que suele deformarlos cuando causa la muerte.