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Un Fulano Inoportuno

                                                                                        
 
Pr.  Manuel Cendales S.

"Un Fulano Inoportuno"
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Pasaje Referencia:
Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Marcos 9.38-41
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Quisiera comenzar la presente nota editorial con una pregunta que espero sepamos responder al finalizar de leer este articulo. Querido hermano, líder, ministro de Dios; si después de arduos años de trabajo en una región, sector o campo con pocos o casi ningún fruto -en cuanto a alcanzar almas para Cristo- de repente aparece en escena alguien, (a quien llamaremos fulano inoportuno) el que predicando el mismo Evangelio aunque de diferente “forma” (método) no sólo obtiene frutos sino que cuando Usted le llama, porque piensa que está haciéndolo mal, para tratar que siga sus pisadas, éste se rehúsa a hacerlo ¿Cuál sería su reacción?

Con respecto a nuestro pasaje en referencia quisiera desarrollar de una manera breve cinco puntos que espero nos ayuden a responder el interrogante planteado, pero permítame, a manera de introducción, expresar primero quien creo que era “el fulano inoportuno”.

En primer lugar, como dice Hendriksen en su comentario: “…no era un pretendido exorcista, como los hijos de Esceva (Hch. 19.13-16), porque estos eran falsos. Tampoco era un exorcista en el sentido de los que se condenan en Mateo 7.22.No, este hombre era con toda probabilidad un verdadera creyente en Jesús[1] pues vemos que “el tal” no es reprobado por El Maestro. No era un vaso de ira preparado para la destrucción, era un vaso de honra en el que Dios había mostrado su misericordia [2].

En segundo lugar, no hay duda que había estado expulsando demonios en el nombre de Cristo. Había estado haciendo la obra de Dios. Era realmente un sirviente genuino de Adonaí (nombre que de la divinidad revela su calidad de Amo y Señor)[3].


Habiendo hecho claridad en estos dos importantísimos puntos, vayamos al tema de esta nota. En el contexto inmediatamente anterior[4] de nuestro pasaje, Cristo estaba hablando de que quien recibe a un niño en su nombre, recibe a Cristo mismo, de la misma manera que quien recibe a Cristo recibe al Padre, y la base de esa recepción es “en mi nombre”; volviendo a la idea de Hendriksen, parece que ante tal amonestación; Juan, “el hijo del trueno”, apellidado así al igual que Jacobo por Jesús, muy probablemente debido a su carácter temperamental y vengativo:

Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea. Lucas 9.53-56

El apóstol se sintió redargüido y quiso que Cristo juzgase si había procedido bien con aquel “fulano inoportuno”

1. MUCHOS VASOS DE HONRA

Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.
                                                                                      
Subí a nuestro blog [5] un artículo que titulé “El Complejo de Elías” cuya cita referencia fue:

El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. 1a Reyes 19.14



En el que afirmo que muchos piensan que son los únicos llamados para entender, proclamar y extender el reino de Dios. Ese fue, aunque transitorio, un complejo de Elías. Y la divina respuesta fue que Dios tiene muchos más vasos de honra para hacer su tarea.

Hemos de dejar de creer que somos la “última Coca-Cola en el desierto”. Hay no menos de 7.000 (numero simbólico) que no sólo no doblan rodilla delante de Baal, sino que entienden, proclaman y extienden la Bendita Palabra de Dios. E incluso lo hacen mejor que nosotros.

2. NO TODOS PIENSAN COMO YO


… pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía


He sido uno de esos bendecidos, afortunados, agraciados de Dios, que pudo recibir a lo largo de tres y medio años “La Medula Teológica”[6] directamente y en mi pais, con maestros de la talla de Sam Waldron, Bob González, Oscar Arocha, Andy Dunkerton, Jeff Smith, Gregory Nichols entre otros. Durante cada módulo, las discusiones doctrinales tanto medulares, como de forma se sucedieron una tras otra., en no pocos casos de manera vehemente aunque respetuosa; Trece módulos intensos nos dieron a muchos, unidad sobre lo medular, y sin embargo, en algunos temas, como por ejemplo los que atañen a la liturgia; mentiríamos si dijésemos que estamos absolutamente de acuerdo.

Recuerdo a un par de jóvenes Pastores que providencialmente se llaman David diciendo con nostalgia que tales discusiones teológicas sería lo que más echarían de menos de este tiempo de estudios, y el queridísimo Misionero y médico Sergio Ruiz, con quien tuvimos muchísimas y acaloradas discusiones fraternas, concluyó diciendo que todo esto le había enseñado “Que no todos pensamos Igual” refiriéndose, no dudo, no a las benditas y únicas doctrinas de la Gracia de Cristo, sino más bien a aquellos temas que llamamos “periféricos”.Notemos que Juan dice “pero él no nos sigue”
                                                                                 
¿A quién debe seguir un siervo; a una “denominación” por disimulada que sea, o a Cristo? Alguien dijo no sin cierta medida de sabiduría que “Dios no nos dio métodos, sino principios”. ¿Porque le prohibieron a este, nuestro “Fulano”, hacer lo que Dios no solo le permitía sino le había ordenado hacer? ¡Sólo porque no encuadraba en su esquema o método! O en Palabras de Hendriksen “¿O no sería más bien un mal entendido amor por su Maestro, lo que impulso a Juan y a los otros a frenar a este exorcista, que se había unido a Cristo y a sus seguidores regulares?[7]

3. NO POR ELLO ESTÁN CONTRA CRISTO

Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.
                                                                                
Cuando una persona actuando en armonía con la voluntad revelada de Dios alcanza aquello que para nosotros, actuando de la misma manera, fue imposible; ¿no debiéramos alegrarnos? ¿Antes de erigirnos como tropiezo y obstáculo? La divina respuesta fue imperativa: “No se lo prohibáis” En otras Palabras: “él está haciendo mi voluntad” Y si no es contra Cristo; a favor de Cristo está, en esto no hay puntos intermedios.
                                                                      
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. Lucas 11.23

¿Desparramaremos el trigo sólo porque no fuimos nosotros los que lo apilamos? Antes bien, ¡debiéramos colaborar para aumentar el montón con nuestra humilde y limitada labor! ¿Cuántas veces olvidamos la Escritura que tanto pregonamos?

Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
1ª Corintios 3.7-9

4. TAMPOCO CONTRA NOSOTROS

Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

Si no todos piensan igual, sino que cada quien, guiado por el Espíritu Santo y conforme a la verdad extienden el Reino bajo su personal perspectiva ¿quiere decir que está contra sus hermanos en la Fe? ¿Hay una única manera de orarle al Señor? ¿Sólo hay una forma puntual de alabar al Rey de Reyes? Si eso es así, por favor infórmenme de que me he perdido.

Antes de nacer de nuevo, participé en mítines políticos, ayude a conformar estatutos y plataformas de pensamiento de algunos de esos grupos. Pero, ¡Oh cuanto erraban el blanco! no teniendo claro cuál era el adversario. Y en cuántas ocasiones vinieron a dividir lo que ellos mismos querían unir, hemos de pelear por la unidad mientras esta gire alrededor de la verdad revelada y aceptar que en nosotros viene a cumplirse lo expresado por Pablo:
                                                               
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, Efesios 3. 8-10
                                                                                           
Equivocarse en reconocer como si estuvieren por Cristo a quienes evidentemente no lo están, es tan grave como desconocer, peor; ser tropiezo, para quienes están a favor del Bendito Evangelio como si fueran enemigos de Dios y nuestros.
                                                                          
5. FINALMENTE:

Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa
                                                                                   
Innegable invitación del Mesías a apoyar aquellos que están por Cristo- dentro del contexto de la verdad revelada, insisto- aunque sus maneras de “matar las pulgas” sean diferentes a las nuestras y ello no afecte la “médula” del Bendito Evangelio de nuestra Salvación.

Con base en todo lo anterior hemos de considerar que “el fulano inoportuno” bien puede ser un consiervo que Dios ha enviado para sacarnos en alguna medida de la tendencia natural de esquematizarnos y juzgar todo, no con la Gracia de Cristo, sino con la mera “religiosidad externa” propia de nuestra rutinaria espiritualidad, a la cual somos proclives y que, no hay duda, tiende a apagar el Espiritu.
                                                                                    
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. 1ª Tesalonicenses 5. 16- 22

Manuel Cendales S                                                                                    
palabraprofetica@hotmail.com

1 Comentario al Evangelio según San Marcos. Pág. 368. Libros Desafio.
2 Romanos 9.19-23
3 Isaías 6.8 complementar con Jonás 1.11-3/Lucas 5.1-8 y otros. Léase Cuan Glorioso es Tu Nombre; curso para Escuela dominical. Un estudio para niños sobre los nombres y el Carácter de Dios. Sally Michael. D.R. Desiring God Children.
4 Versículos 35-37.
5 http://palabraprofeticahotmail.com

6 De La Facultad Teológica Bautista. Reformed Batist Seminary.
7 Comentario al Evangelio según San Marcos. Pág. 368. Libros Desafio

¿Enojado con Dios?

 Pr. Manuel Cendales S.



¿Enojado con Dios?
 

Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. 
                                                          Jonás 4.9

Quisiera creer que la presente reflexión está dirigida exclusivamente para aquellas personas que no conocen el Evangelio de nuestro bendito Señor Jesucristo; sin embargo sé que no es así, no en pocas ocasiones los creyentes incurren en este pecado. Esta conducta, propia de los incrédulos, pero lamentablemente, común entre los cristianos, no es otra cosa que el fruto de un fuerte egocentrismo y por supuesto un rechazo a la soberana voluntad de Dios. Sé que tomará sentido para Usted y para todos aquellos que con un corazón enseñable desean hacer lo que Agrada a Dios –particularmente los que predicamos su Palabra- aunque no siempre sea de su propio agrado. Sería bueno introducirnos al tema con las palabras del Bendito Salvador porque allí se encuentra el meollo del asunto:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 
                                                Mateo 16:24. 

Notemos primero que seguir a Cristo (hacer su voluntad) requiere negación de nuestra propia voluntad. De lo que quisiéramos o deseáramos fuese. Imaginemos en mundo donde sucede exactamente lo que deseamos y nos proponemos; La conclusión seria que hemos venido a ser dioses gobernándonos a sí mismos. Más la Biblia afirma no en pocas ocasiones que somos criaturas “hechura suya y ovejas de su prado”[1] así que tenemos un Dios con todos los derechos sobre nosotros en razón primero a ser su creación con la atenuante para quienes invocamos el nombre del Gran Salvador[2] que pertenecemos a su redil por tanto es también nuestro pastor. Tenemos entonces que repetir con el Salmista “Nuestro Dios está en los cielos y todo lo que quiso ha hecho”[3]

En segundo lugar, en su comentario a Mateo William Hendriksen dice:

La muerte de Cristo solamente será de valor para los que están dispuestos a morir al pecado y al yo …Si alguno quiere ser (contado como) adherente mío, debe de una vez por todas despedirse del yo, aceptar decididamente el dolor, la vergüenza y la persecución por mi causa y por amor a mí, y entonces seguirme y continuar siguiéndome como mi discípulo”[4]  

Sencillamente tomar su cruz. Aceptar decididamente: Dolor, vergüenza y persecución.

 La historia del profeta Jonás es bastante locuaz en cuanto al título que hemos elegido para hoy: ¿Enojado con Dios? El profeta es comisionado para que llamase al arrepentimiento a un pueblo (Nínive) que no era precisamente el de sus más entrañables afectos. Desde el comienzo de su libro, la Escritura muestra a un hombre de Dios que, más allá de razones o motivaciones luchaba con aceptar la Voluntad de Dios tal como le fue expresada. Si bien su nombre Jonás significa en hebreo paloma, también  “un oriundo de Jonia” o sea, Grocia, donde había profetas llamados Amythaonidae. Amittai-expresión hebrea por “verdad,” “relator de la verdad:” apropiado para un profeta”[5]-, con todo se había propuesto hacer lo que bien le parecía alejándose como es obvio de su Señor.

Leyendo su libro todo sabemos lo que aconteció: No pudo huir de Dios, Él mismo se lo impidió y luego de que lo sumergió en aguas profundas es no solo seducido (como Jeremías[6]) sino literalmente obligado a ir a predicar a donde Dios dijo que fuere y a los que Dios ordenó que predicare. Con esto debiera bastar para que cualquiera que se precie de llamarse Hijo de Dios, siervo del altísimo se rindiese y dejase llevar por las poderosas aguas de su Eterno Propósito sin chistar[7].
 
No fue acaso esto lo que hizo Abraham en cada oportunidad que Dios le demandó Obediencia que proviene de la una Fe autentica.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 
                          Hebreos 11.8 

Jonás por el contrarió huyó. Muchos comentaristas afirman, no sin razón, que el motivo de Jonás para huir se sugiere en el siguiente pasaje:


Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 
                                                 Jonás 4.2

Y que los más probables temores de este desertor fueran el perder credibilidad y ser considerado “falso profeta” al hacer premonición sobre la destrucción de Nínive y debido a la misericordia de Dios esta no se cumpliese. O anunciar las Buenas Nuevas a una Nación pagana tan Idolatra. Constantemente como Jonás enfrentamos el dilema de, o huir de la voluntad de Dios o exponernos a la vergüenza, al menos precio y hazmerreir de quienes nos rodean. Y queremos evitarlo porque amamos más nuestra propia gloria que la Gloria de Dios.

1. Apesadumbrado hasta lo sumo


Suele sucedernos cuando algo o alguien no encajan en nuestros planes que nos enojamos con Dios, cuando se trata de otros, de terceros, nos molesta que sea tan Benevolente, Gracioso, Misericordioso. Socarronamente[8] mostramos un dejo de bondad superficial pero en lo más profundo de nuestro corazón deseamos su destrucción con el auto engaño que somos mejores que estos.

Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová… 
                                           Jon 4: 1-2ª…

El capitulo 3, el que precede a esta porción, nos narra el arrepentimiento de todo Nínive ante la inevitable, (por serle impuesta por Dios), tarea del profeta y su respuesta fue aflicción extrema, tristeza. Es sorprendente como deberíamos alegrarnos por el Bien que Dios haga a otros pero ya sea por envidia, por competencia o porque nos es paradójico terminamos airados con las decisiones de Dios. Pero, para agravar el cuadro, bajo este reprobable estado del alma ¡oramos a Dios! Viene a mi memoria el gran E.M. Bounds[9] quien insiste que la oración es ante todo un medio de Gracia para apaciguar nuestras pasiones y someter nuestra mala voluntad a la buena, agradable y perfecta voluntad del Señor[10].

Esta muy mal que tal actitud la asumamos con el impío, al fin y al cabo la benignidades de Dios buscan guiarlo al arrepentimiento[11] pero peor es aun cuando es uno de nuestros hermanos en la Fe. Nuestra identidad, unidad y corporeidad con él es nada menos que en Cristo.

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.  
                                              Romanos 12.14-15

Aun cuando quien recibe la misericordia y bondad de Dios fuese aquel que nos ha infligido daño, afrentado, vituperado y mentido sobre – ese pareciera ser el caso de los ninivitas con Israel pueblo de Jonás- nosotros tenemos no la obligación, ni el deber, sino necesidad impuesta de amarlos.

Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
                                              1ª Corintios 9.16
2. Enojado hasta la muerte 

Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. 
                                          Jonás 4.3-6
                                            


¿Mejor es la muerte que la Vida? Si bien, Pablo dijo que morir es ganancia, no hay duda que fue la declaración del Espíritu Santo en referencia al que muere habiendo terminado su carrera, al que da su vida por la Gloria de Dios; pero en nuestro caso provenía de las confusiones y pasiones propias de uno que no aprobaba para nada las decisiones de Dios. En este caso innegablemente no puede ser mejor la muerte; bien dijo el Cantor de Amores[12]

No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio; Pero nosotros bendeciremos a JAH Desde ahora y para siempre. 
                                                                 Salmo 115.17-18

¿Haces tú bien en enojarte tanto? Que pregunta tan sencilla y profunda. Dios nos conoce palmo a palmo. El justo ha de procurar de hacer siempre el bien. Su enojo ¿era un enojo santo como el de Jesús al sacar a los mercaderes del templo propio de un celo por hacer la voluntad del Padre? [13]Absolutamente no. Sin respuesta solemos de nuevo huir de la presencia de Dios porque en el fondo de nuestro corazón nuestra conciencia nos dice que estamos peleando contra Dios y anticipadamente nos advierte la derrota. Sin embargo la misericordia de Dios es para siempre y buscó alegrar el alma de su elegido levantando una calabacera para proteger del sol canicular a su “profeta” que posiblemente albergaba la esperanza fatua de ver destruida aquella ciudad malvada con sus gentes. Recordemos un caso particular ocurrido con Juan el discípulo amado con Cristo quien yendo a Jerusalén envió mensajeros a una aldea de samaritanos para hacerle preparativos pero estos no le recibieron.

Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea. 
                                                     Lucas 9.54-56

Juan como Jacobo era creyente, sin embargo no sabía a qué espíritu pertenecía. La amargura de no ver hecho aquello que esperábamos puede cegar de tal manera nuestro entendimiento que perdemos la perspectiva del Divino Espíritu que mora los santos y tratar de dar salida a las circunstancias “en la carne” si es que el termino se me permite.

Cristo vino con el fin de Salvar, perdonar, restaurar, reedificar, y nos comisionó para tal tarea, si bien es cierto habrá un juicio final, Él, nuestro Señor y Salvador será el Juez Supremo.


                         
3. Enojo Egoísta
                                         
Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?  
                                                      Jonás 4.10-11
                                                           
La negación de si mismo que demanda el verdadero Evangelio de Jesucristo implica por lo menos cuatro cosas:

Que salga de su auto-compasión para compadecerme de los demás.

Que viva intensamente lo dicho por Pablo a los Corintios: El amor no busca lo suyo[14] 

Que ame, cuide y defienda la creación de Dios, cuya prioridad para Dios son las personas sin menosprecio de la baja creación 

Que su deseo e interés sea el de subordinarse al Eterno y Glorioso plan de Salvación de Nuestro creador y redentor siguiendo el ejemplo del Señor Jesús:


Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.  
                                                        Mateo 26.36-39/42b


Jesucristo estaba triste, angustiado en gran manera, triste hasta la muerte; pero nunca perdió la dimensión y tipo de relación con Dios Padre. Una relación de amor, subordinación y búsqueda de honra a Dios, a costa de su propia vida a favor de otros, a favor de la causa de Dios, su Bendito Evangelio.


No hay duda que tenemos derecho a estar tristes, angustiados, conturbados pero lejos de nosotros ENOJARNOS CON DIOS.



Pr Manuel Cendales S.
palabraprofetica@hotmail.com

1 Salmo 100.3 
2 Jesucristo hombre. 
3 Salmo 115.3 
4 El Evangelio según San Mateo. William Hendriksen. Comentario al Nuevo testamento. Pág. 689. Libros Desafío.
5 JFB. 
6 Jeremías 20.7-9
7 chistar. (De chist). intr. Emitir algún sonido con intención de hablar. U. m. con neg. || 2. contestar (ǁ replicar). Diccionario DRAE.

8 socarronería. (De socarrón). f. Astucia o disimulo acompañados de burla encubierta. Diccionario DRAE 
9 El Predicador y la Oración E.M. Bounds. Libros CLIE. 
10 Romanos 12.2 
11 Léase Romanos 2
12 El rey David era llamado así. 
13 Juan 13.17 14 1a Corintios 13









¿Qué espantó a Job?

Pr. Manuel Cendales S.

¿Qué espantó a Job?

Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en él. Por lo cual yo me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
                                                          Job 23:13-15
                                            

Para el lector desprevenido la pregunta que encabeza la presente reflexión bíblica podría parecer propia de un simple. Ningún personaje de las Santas Escrituras tendría más razones que Job para entrar literalmente en “shock”[1] Le fueron quitados sus hijos, sus riquezas, su esposa, además de ser infligido con “sarna” cuyo escozor, olor y aspecto asqueroso colmaban el patético cuadro de quien bien pudiéramos llamar “padre de la paciencia”, así como Abraham lo fue de la FE. Sin embargo ¿fue esto lo que “espanto” a Job?

En el libro de Job, cuatro veces aparece la palabra “espanto”[2] En dos ocasiones es mencionada en relación a Dios y su misteriosa gracia por Elifaz (Job 4.14 y Job 22.10) considerado el amigo más acertado y cuyas intervenciones generalmente precedían la entrada a escena del Señor. Una más, y en esta ocasión es Dios mismo, quien convenciendo a Job de su ignorancia, hace referencia a la ardentía providencial del caballo, quien no se espanta en medio de la batalla.(Job 39.22)

Y la cuarta vez, es expresada por Job en nuestro pasaje en referencia. Vuelvo a la pregunta“¿Que espantó a Job?”
                                                                             
Si no fueron sus calamidades por sí mismas, ¿Podrían haber sido las tesis de sus amigos? Permítame recordar que estos, grosso modo, creían que a los justos les iba bien y a los impíos mal. Estos amigazos, argumentaban por ejemplo que las riquezas de los impíos no eran ventajas reales[3] pero Job refutaba diciendo que no sólo eran reales, sino provisión para su descendencia[4]. Zofar, por ejemplo, aseguraba erróneamente que los impíos (por ser impíos) morían prematuramente[5]. Job no solo no estaba de acuerdo, sino que, como es verdad, decía que el poder de estos aumenta al envejecer[6]. Por otro lado Bildad había dicho que los impíos mueren sin hijos (como estaba a punto de sucederle a Job), la respuesta del paciente siervo es:
                                                          
 Su descendencia se robustece a su vista,
Y sus renuevos están delante de sus ojos…
…Salen sus pequeñuelos como manada,
Y sus hijos andan saltando.
Al son de tamboril y de cítara saltan,
Y se regocijan al son de la flauta.
Pasan sus días en prosperidad,
Y en paz descienden al Seol. 
                                                   Job 21.8/11-13

¿Les parece que el espanto de Job provenía de estas tan erradas argumentaciones? ¡Claro que no!
                                                                                  
Hasta aquí Job, podría estar seguramente confundido, pero la verdadera razón de su espanto proviene de reconocer uno de los atributos de Dios, quizás el más odiado por los hombres, resistido aún por genuinos creyentes, (El amor todo lo cree…), y que en su esencia suele ser incomprendido por su propia naturaleza: La Soberanía de Dios


Muchos hablan con tal arrogancia, que dan la impresión de conocer absolutamente a Dios. Si bien, Él se ha dado a conocer por medio de las Santas Escrituras, tal conocimiento de Sí tiene un propósito salvífico y esperanzador (no hay duda) pero, con todo, supera toda expectativa humana. Lo revelado de sus perfecciones en la Biblia nos demanda toda una vida (y unas cuantas más) de meditación para comprenderle. Y la Biblia, en todo caso, no lo revela absolutamente[7]solo en lo que de Sí creyó Dios necesario supiésemos para perseverar hasta el fin[8]. En palabras de Derek Thomas[9]

“No podemos conocer la mente de Dios. Dios es grande y, en última instancia, incognoscible.”[10]
                                                                                   
Por otra parte, y específicamente hablando de su voluntad, plan, o propósito, hemos de recordar que a la luz de las Escrituras hay dos distinciones de la voluntad de Dios necesarias para nuestra edificación bíblica y además comúnmente aceptadas por los hombres de Dios más piadosos y eruditos a lo largo de la historia de la Iglesia o podemos señalarla como su voluntad de propósito y su voluntad de mandamiento.

De tales distinciones habló Moisés a Israel en su segunda enunciación de la ley:

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. 
                                                           Deuteronomio 29:29



Su Voluntad Revelada: Manifiesta en preceptos[11], también conocida como preceptiva. Esta, la voluntad preceptiva o lo mandado, frecuentemente no es hecha y es dejado de lado el mandamiento, es a menudo violentada, porque los hombres están en rebelión contra Dios. Si la voluntad humana fuera mayor, más poderosa que la divina, vencería, y reinaría en cambio de Dios.
                                                                              
Su Voluntad Decretada: Secreta y misteriosa para los hombres (incluso los creyentes), también conocida como decretiva. Cuyas característica más sobresalientes son a saber:

  • Esta no puede ser frustrada[12].
  • Es Eterna[13].
  • Es eficaz[14]
  • Es inmutable[15]
Viene a mi memoria la oración del hombre más santo, humilde, amoroso y poderoso que haya pisado la tierra, Jesucristo hombre[16].
                                                           
…Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
                                                         Lucas 22:42

Oración que está saturada de una eterna realidad. Dios es Dios, todo lo que quiso ha hecho y cuya voluntad decretiva, por inamovible, espanta. Vayamos a nuestro texto. 

Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. 
                                                        Job 23:13


Que distinto es el sermón contemporáneo. Fantasioso y engreído, presenta a un dios mutable, débil de carácter, fácil de persuadir a través de “oraciones” que más que suplicas humildes y sensibles a su voluntad decretada son, como diría Marcos Vidal[17] “gritos y exigencias”. Vidal en su tema “dime la verdad” en referencia a aquellos que se quejan de que Dios no escucha ni responde y con innegable alusión a la Soberanía de nuestro Rey dice:

“Te resulta fácil refugiarte en tu amargura
Inventarte otros culpables y esperar que acuda el Rey
No le conoces todavía.
No sabes que El no responde a gritos ni exigencias
Que El es Dios y tu eres hombre
Y no te puedes esconder.
No le impresionan tus historias...”

Job, iluminado por el mismo que reveló a Pedro la divinidad de Jesús[18], comprende cuan inmutables son las decisiones de un Dios que no sabe de contingencias o posibilidades cuando se trata de su voluntad, sino de certidumbre. Su Palabra en Él es si y es amen. Él siempre, siempre, hace lo que quiere. Jamás puede ser frustrado.

 Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en Él.
                                                            Job 23:14

En todo lo que desde su concepción hasta ahora (es claro para Job) le ha acontecido, más allá del maligno, sus hijos, su mujer, sus amigos, las circunstancias, está Dios. Él lo ha hecho. Esta es la raíz de su espanto. Recuerdo que hace algo más de tres años, Juanita, mi hija menor, ahora de siete años, padeció la terrible osteomielitis[19]. Al despedirnos de la niña, entrando ella al quirófano para que le fuese hecha una cirugía muy delicada, en mí incredulidad pregunte al Señor "¿Por qué a mí?" La respuesta que vino a mi mente fue inmediata en forma también de pregunta ¿Y por qué no?, Y eso me espantó. Él es mí Dios, oré, y como Job repetí:

He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; 
  Job 13:15

¿Fue Job una suerte de fatalista? No lo creo. Sólo que supo que aunque a la presente no había entendido todo, peores cosas podrían venir y aun así no significaría que su Salvador le hubiese abandonado, sino que se Glorificaba en su vida, aun en su sufrimiento, infligido por Satanás, pero que a la postre le haría bien.

Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.
                                              Génesis 50:20

 Por lo cual yo me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
                                                 Job 23:15

Finalmente, sería de elevadísima sabiduría no relacionarnos con nuestro buen Dios, gracioso Salvador, y amante Padre sin considerar su Soberana Divinidad. Y aun estando en sus cámaras, mantener ese reverente espanto que nos aseguré que le vemos como Dios. Y nosotros, aunque redimidos y adoptados seguimos siendo sus esclavos y vasos de barro.

Cristo nuestro Dios Reina. Amén



Pr. Manuel Cendales S.


palabraprofetica@hotmail.com

1 Anglicismo que connota impresión negativa extrema.
2 De las palabras hebreas bajal y raa.
3 Job 5.5/15.20/20.15-18/21.7
4 Job 21.7-8
5 Job 20.11/ 21: 7,3
6 Job 21.13
7 De manera absoluta, completa, plena. Es decir ...eterna.
8 En lenguaje escatológico el día terrible del Señor. La única segunda y final venida de Cristo.
9 Nació y se crió en Difed (Gales). Graduado del Reformed Theological Seminary en Jackson Misisipi del cual hoy es docente.
10 Derek Thomas. Cuando arrecia la tormenta.(El mensaje de Job). Págs. 199.Comentarios Peregrino.
11 precepto. (Del lat. praeceptum). m. Mandato u orden que el superior hace observar y guardar al inferior o súbdito. || 3. por antonom. Cada uno de los del Decálogo o mandamientos de la ley de Dios. || ~ afirmativo. m. Cada uno de los del Decálogo en que se manda hacer algo. Diccionario DRAE.
12 Isaías 55.11
13 Hechos 15.18
14 Isaías 14.24-27
15 Malaquías 3.6/ Números 23.19/hebreos 6.18
16 100% hombre y 100% Dios. Una sola persona.
17 Pastor y compositor de cánticos comtemporaneos.
18 Mateo 16.17
19 Infección severa y crónica en los huesos que suele deformarlos cuando causa la muerte.

EL PEQUEÑO HOYO

EL PEQUEÑO HOYO
( Revista Palabra Profética. Vigésima Edición. Año 2003) 


“Id a la ciudad y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle…”
                                                                                              Marcos14:13

 Sí existe un enemigo acérrimo de la humildad y sencillez de la fe que debe caracterizar a un Ministro de Dios, este enemigo es la búsqueda de popularidad, pues tras el deseo de hallar “renombre”, constantemente es golpeado por la desilusión, el desánimo y en muchas ocasiones hasta el descrédito.

 La popularidad muy rara vez coincide con un genuino llamamiento y una apropiada manera de glorificar a Dios. Si hiciésemos un sobrevuelo breve al Antiguo Testamento, descubriríamos cuán impopulares fueron aquellos siervos de Dios para el momento histórico en que les correspondió ejercer el don.

El mayor y más conocido de los hombres de Dios, en razón a que fue usado para traer la Ley a Israel, es Moisés. La Biblia lo define como “el hombre más manso que ha existido; su proceder fue intachable y ajustado a la obediencia a Jehová; a pesar de ello o mejor “tal vez por ello” fue constantemente rechazado, abucheado, traicionado por el pueblo a quien tanto le sirvió. De todas las rebeliones que hubo en su contra, la más nombrada es la de Coré[1], hasta su cuñada y su hermano se vieron involucrados en semejantes manifestaciones de impopularidad[2]. Al referirnos a los profetas, Elías llegó a ser tan perseguido que tuvo que esconderse en una cueva, pero al que peor le fue en ese sentido, es al “pobre Jeremías”. Fíjese, si de seguidores se tratará podríamos decir que afortunadamente el Reino de Dios es teocrático, pues de ser democrático las mayorías hubiesen sido la voz de Dios; más no fue así, aquí se desmoronó el adagio popular “pues una gaviota hizo verano”. El pueblo de Dios, contra todo vaticinio del populacho, tal como lo dijo el profeta, fue al cautiverio[3]

 Es que el ansia de “popularidad” es el virus ministerial del momento, ser “renombrados” parace ser la meta de muchos líderes cristianos. ¿Quién de los que servimos al Señor, no se ha visto siquiera una vez atacado por ese bicho? ¡Bendito Dios! Pero el antivirus está a la mano, su Santa Palabra. Mientras la escudriñaba me pregunté ¿no será este afán el que hace que se predique el evangelio por resultados?, es decir, ¿buscando números antes que verdaderos convertidos para el Señor? ¿Queriendo enriquecerse y no enriquecer la misión y la visión, que en últimas es el Reino de Dios?

De no tenerlo claro, debería hacerse la pregunta ¿por qué quiere acceder a los medios de comunicación masiva? ¿Para ganar almas para el Señor o votos para su supra valorado ego?; ¿le motiva el dolor por los perdidos o el amor propio? De su respuesta depende que permanezca firme en el propósito divino, fue precisamente pensando en ello, que me impactó el pasaje bíblico en referencia.

El maestro está a horas de ser sacrificado; se hace pues necesario, dentro del plan divino ubicar una casa con un aposento alto que los albergue para la última noche, para la última cena, y allí como relámpago irrumpe un hombre, que tan rápido como aparece, desaparece de la escena: “el hombre que lleva el cántaro”, permítame amado lector darle algunos detalles: 
  

En primer lugar, “normalmente, el trabajo de traer agua a casa tocaba a las mujeres y nos gusta pensar que se trataba de un humilde discípulo que ya había aprendido que el Señor puede santificar todo servicio, por insignificante que sea” (comentario de Mathew Henry) De entrada, notemos a un siervo de Dios en semejante labor, que en sí misma ya es bastante impopular, y si se quiere raya en el ridículo. 


En segundo lugar, sólo aparece en un versículo paralelo con los evangelios de Mateo y Lucas, y ni siquiera es mencionado su nombre, no hay detalles de su vida, profesión o familia en absoluto. Si el sinónimo más apropiado para ministerio es servir ¡que ministro tan desconocido! Y ¡que ministerio tan fugaz y poco renombrado! Pero, por otro lado, que obediencia y que poco o nada interés de ser exaltado o aplaudido. Sólo cumplió las instrucciones del gran Dios del universo y desapareció de escena, al fin y al cabo, el protagonista único y verdadero es Jesucristo. 

Solamente la humildad y la sobriedad de la fe aseguran la igualdad entre los hombres, la unidad entre la iglesia y la verdadera expresión del amor fraternal. El hombre que busca popularidad es contrario al bíblico; hombre humilde, que se considera menos que los demás. Este maldito afán de notoriedad o reconocimiento ya hizo perder la perspectiva del propósito divino a muchos en el pasado y a muchos se lo está haciendo perder en el presente. Con razón la radicalidad de Dios en que santidad y humildad van de la mano y sus constantes reproches a sus discípulos cuando buscaban honra y gloria de hombres[4]

¿No será esto lo que hace que un siervo envidie a otro, le critique, le difame y hasta le aborrezca? ¿Acaso no es el Dios soberano quien a éste exalta y a aquel humilla?[5] ¿Se deberá a este síndrome de fama , su depresión y decepción del evangelio, del ministerio o de Cristo? 

Amado consiervo, no se puede caer en el “funcionalismo” que personifica la metodología evangélica actual que definiéndose, a sí mismo reza: “todo es válido mientras funcione; lo importante no es la verdad en sí misma, sino el alcanzar los fines propuestos”; dicho más coloquialmente, “en la guerra y en el amor todo se vale”, siempre que alcancemos el éxito esperado, lo demás está bien. ¡Es un error pensar así! 

Contrario a lo que muchos profetas contemporáneos proclamen, el que determine predicar la verdad tal como la Biblia lo expresa, puede convertirle a Usted en el ministro más impopular, rechazado y en muchos casos difamado, no sólo por el pueblo, a lo mejor ni siquiera por él; quizás por quienes comparten el bendito privilegio de predicar a Jesucristo. Fue precisamente el Divino Maestro, quien nos previno respecto de la preocupación de ser aceptados o rechazados, “! Ay de vosotros cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque así hacían sus padres con los falsos profetas”[6] y en otro lugar, dice Pablo que a pesar de que “no damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado” [7] hemos recibido el llamado para colaborarle a Dios en el ministerio de la reconciliación y debemos perseverar en ello, ya sea por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama. 


Viene a mi memoria el buen amigo David Hormachea, quien en una de sus conferencias dadas en Bogotá, Colombia, dijo “he determinado predicar la Palabra de Dios, independientemente de…”

Déjeme terminar citando a uno de los más prolijos reformadores, impopular en su época, aunque fructífero, tan impopular que se vio en destierro, en razón a la defensa de la verdad Bíblica, frente a la iglesia, frente al estado, frente al populacho y en general a sus detractores. 

En un bello pasaje de uno de sus sermones sobre Job (Sermones 25, Job 6) Calvino dice:
                                             
“es mejor ser como una pequeña fuente que no parece tener mucha agua, que como una gran corriente que a veces se seca por el estiaje, cuánto mejor esta fuente que sólo es un pequeño hoyo de donde apenas puede llenarse un pequeño búcaro de agua. Con todo, allí está, permanece, se utiliza, tiene su propósito y no se seca. Ciertamente que esta fuentecita no tiene una gran apariencia. Apenas si es notada, e incluso escondida cuando los hombres pasan junto a ella. Su manantial está en el interior. Es mejor que tengamos esa pequeña pero persistente fuerza, que una desatinada y ostentosa apariencia que se agota pronto por sí misma” 

No pretenda ser lo que Dios no ha planeado que sea; hay muchas fuentes gigantes que parecen destilar muchas aguas, pero su depósito es un poco de agua estancada que por fuerzas artificiales va y viene siendo siempre la misma, aguas contaminadas, aguas amargas. 

Es mejor un pequeño hoyo cuyo abastecimiento proviene de un inmenso y continuo manantial de agua fresca, permanente y natural, pues saciará verdaderamente la sed de los que le busquen. 

Confíe en Dios, espere en Él y adelante con su ministerio. 

Pr Manuel Cendales S.
palabraprofetica@hotmail.com

1 Números 16
2 Números 12
3 Jeremías 25
4 Juan 8:50
5 Lucas 1:52
6 Lucas 6:26 
7 2ª Corintios 6:3