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“…QUE LA LETRA MATA.” …SI,…Y NO


…QUE LA LETRA MATA. …SI,…Y NO
Pastor Manuel Cendales S.

“…QUE LA LETRA MATA.”
…SI,…Y NO
2 Corintios 3:4-8

Se que si Usted cree eso, tendrá el temor de leer este artículo, pensando que se puede envanecer.

Tengo que reconocer que este artículo es un reflejo apologético de mi corazón compungido ante la tan popular y aceptada interpretación de este pasaje de la escritura, que sólo ha contribuido a mantener al creyente promedio en la ignorancia de las sagradas escrituras. Ignorancia, por tanto, de Dios que se revela a través de las mismas.

La esclavitud del alma humana se debe por supuesto a la naturaleza pecadora, a su corazón de piedra, a su odio hacia Dios. Dichas circunstancias sólo cambian cuando la gracia especial salvadora es otorgada a un alma y por tanto hecha una nueva criatura. Sin embargo, la puerta de la cárcel puede estar abierta, la boleta de libertad y a pesar de ello, por "inercia" el preso puede permanecer en la celda.

“…QUE LA LETRA MATA.” …SI,…Y NO
Mathew Henry, en su comentario sobre el evangelio según San Juan Capítulo 8 Verso 31 dice:"Después de la vida los seres humanos lo que más aman es la libertad, pero al ignorar la verdad desconocen la verdadera libertad." A esto es lo que se refiere el Señor Jesús al declarar:"Si vosotros permanecieres en mi palabra; seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"(Juan 18:31-32).

La ignorancia, que es oscurantismo, es la peor de las formas de esclavitud; es el terreno propicio para todo tipo de alienación y material disponible para la manipulación espiritual, moral e intelectual. Esta es la forma de cautiverio favorita de Satán y sus agentes para mantener el "verdadero evangelio encubierto" y proclamar a beneplácito su falso evangelio, que es fuente de un mensaje antropocéntrico (lo que el hombre demanda), lejano del mensaje apostólico Cristo-Céntrico que tiene como objetivo enseñar a la Iglesia lo que Dios demanda de ella, en síntesis, profundamente Teocéntrico.

La dama acentuadamente religiosa, le pregunta al hermano en la fe ¿Qué haces? A lo que él responde: estudio, (escudriño) -Y ¿Qué estudias?-, insiste, y éste con gozo le dice: ¡teología bíblica!. Ella (la dama) exclama ¿Y qué es esto? Y el creyente discípulo de Cristo le aclara en tono concluyente: "Es conocer a Dios a través de la Santa Palabra." A lo que la mujer en tono condenatorio le refuta: "cuidado, mi Pastor dijo que la letra mata y el Espíritu vivífica." Con un propósito de evidente defensa de su fe, pero en tono conciliatorio le aclara, Jesús dijo: "El Espíritu es el que da la vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son Espíritu y son vida, pero hay algunos de vosotros que no creen."(Juan 6:63-64ª).

Sin lugar a dudas, este diálogo es familiar para el común de los creyentes. La dama ha invocado nuestro versículo de estudio (2ª Corintios 3:6b), pero por supuesto, totalmente fuera de su contexto y sin tener en cuenta las más elementales reglas de la hermenéutica (interpretación bíblica). Contextualizando este pasaje, Pablo está escribiendo por segunda ocasión a los Corintios. Les está presentando una comparación entre el antiguo y nuevo testamento, explicándoles en qué consiste el viejo pacto.

…QUE LA LETRA MATA. …SI,…Y NO
El deber de los ministros del evangelio y los beneficios para quienes viven bajo el régimen del nuevo pacto. Les enseña que el Espíritu del Dios viviente era el agente principal del cambio que en ellos se había efectuado. La importancia de entender que somos ministros de un nuevo pacto.

Al ministerio del antiguo pacto o de la Ley, lo llama en este contexto "el ministerio de la letra" o como en el verso 7 de este capítulo "ministerio de muerte grabado con letras en piedra."  Comprendiendo lo anterior, esta letra no es sinónimo de texto bíblico, y mucho menos que "la letra mata" significa un NO al estudio bíblico o una negación de la necesidad que urge al cristiano a prepararse. No, erramos al ignorar las escrituras y el poder de las mismas (1a Corintios 1:18).

Tampoco significa "la letra mata", un NO al elemento cognoscitivo de nuestra fe. Si así fuera, por qué dice el Rey Salomón "…el conocimiento del Altísimo es la inteligencia?"(Proverbios 9:10b). ¿Y cómo conocerlo si no estudiamos la Biblia?

Con toda seguridad San Pedro entendió claramente la importancia del conocimiento y dijo sin temor instándonos a oír de la corrupción que hay en el mundo "…añadid a vuestra fe virtud, a la virtud, conocimiento..."(2ª Pedro 1:5-6), poniendo en ello toda nuestra diligencia. Ese rechazo a la instrucción bíblica no es ningún "celo santo" sino contrario al Señor, pues el profeta dice que al creyente "Dios le instruye y le enseña lo recto" (Isaías 28:26), por medio, principalmente, de su Palabra.

Es claro que el conocimiento bíblico sin un corazón lavado por la sangre de Cristo, es comparado al que teniendo un médico Gineco- Obstetra corrupto, lo coloca para el servicio de una clínica clandestina de abortos. Sin embargo, el médico íntegro lo pone al servicio de la sociedad. Por esta razón, en la epístola Paulina el Apóstol expresa "Pablo, siervo de Dios…conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según piedad" (Tito 1:1). Este conocimiento glorifica a Cristo y procura llevar a su poseedor a la perfecta voluntad de Dios.

Claro que hay un conocimiento que envanece, pero no es el bíblico que nos revela a Dios y su propósito para con la creación, el hombre impío y los ángeles caídos, además del especial para con su Iglesia. Es el conocimiento que proviene de la idolatría, pues los "ídolos son pura vacuedad" (1ª Corintios 8:1). Mathew Henry, afirma: "…el conocimiento vano, es aquel que proviene entonces del paganismo, de la religión falsa, con la que el impío busca llenar el vacío de su corazón, falsos dioses y por supuesto, falsas religiones, incluyendo las pseudo-cristianas que presentan no a un Cristo desfigurado por el suplicio, sino lejano al que nos revela la Biblia."

Volviendo a nuestro versículo en cuestión, éste nos está diciendo tres cosas a saber:

“…QUE LA LETRA MATA.” …SI,…Y NO
1. Que la palabra "letra" no se puede tomar en un sentido literal, sino como un recurso literario para connotar el sentido de legalismo en que muchos de los creyentes estaban cayendo, al creer en la letra de la ley y el tratar de cumplirla en sus fuerzas (sin éxito absoluto por supuesto), era la base de su salvación. Y que esta labor llamada "el pacto de las obras" es la misma por la cual Jesús exhortó a los fariseos y los llamó: "…hipócritas…sepulcros blanqueados" (Mateo 23:27), pues tal práctica es arrogante en la medida que da a entender que el hombre tiene poder para redimirse a sí mismo y alcanzar el cielo por su propia cuenta, rechazando la verdad básica al saber que el hombre tiene esclava su voluntad y no puede ni quiere guardar la ley de Dios (Romanos 8:7), pues por naturaleza le aborrece.

2. Los corintios, como los fariseos, no estaban entendiendo el lugar y propósito divino de la Ley. Esta no fue dada parar salvar a nadie "Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de Dios" (Romanos 3:20), todo lo contrario, vino para revelar la lamentable condición pecadora de la humanidad por la cual ésta está incapacitada para buscar o amar a Dios (Romanos 3:10-18) y por cuya circunstancia, toda se encuentra bajo sentencia del juicio divino (Romanos 3:19).

3. Que esta "letra", la del viejo pacto, la de la Ley mata por obvias razones, pues sintetizando declara: "El alma que peque esa morirá" (Ezequiel 18:4). Por ella vino el conocimiento del pecado, es decir el hombre supo que por naturaleza hace todo lo contrario a lo que a Dios le agrada (Romanos 3:20, Romanos 7:14-20). Y no solo eso sino que además la ley produce ira (Romanos 4:15), ¿En quién? Algunos creen que se refiere al pecador que al verse imposibilitado se enaltece contra el Señor. Sin embargo, esta es una interpretación superficial, pues Pablo quiere indicar es que esta letra que mata, acarrea el juicio sobre el pecador pues lo halla culpable y lo sentencia a la muerte eterna. Al incrédulo, al que no conoció la verdad para ser libre, al que no lo redimió en su gracia Cristo.

En otro sentido, para el creyente, esta "letra" también es muerte, pues habiendo el señor Jesús recibido sobre sí la paga de la maldad del escogido que es muerte, éste (el redimido), está muerto oficialmente para esa ley (Letra que mata) y vive ahora para Dios (Gálatas 2:19-20). Lo que significa que la ley busca el nombre del pecador y encuentra que ya fue ajusticiado, muerto y sepultado en la persona de Cristo, quien tomó su lugar y lo declaró muerto. La ley ya no lo persigue pues no existe ya tal reo para ella y aunque el justificado sigue vivo, se debe en todo a su Redentor y solo vive por Él, en Él y para Él.

No, no, no, perezosos, el Señor no está diciendo que el estudiar sistemáticamente la Biblia les va a matar o que conocer más y mejor al Dios de misericordia los va a envanecer. Por el contrario, tal circunstancia nos permitirá ver nuestra condición de pequeña criatura pecadora y nos guiará a la humillación que precede a la exaltación, dando por otro lado el lugar correcto y la dimensión justa al gran Dios, poderoso y terrible, misericordioso y justo que nos hizo sus hijos. 

Amén.


Pastor Manuel Cendales S.
palabraprofetica@hotmail.com