Buscar este blog

¿Enojado con Dios?

 Pr. Manuel Cendales S.



¿Enojado con Dios?
 

Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. 
                                                          Jonás 4.9

Quisiera creer que la presente reflexión está dirigida exclusivamente para aquellas personas que no conocen el Evangelio de nuestro bendito Señor Jesucristo; sin embargo sé que no es así, no en pocas ocasiones los creyentes incurren en este pecado. Esta conducta, propia de los incrédulos, pero lamentablemente, común entre los cristianos, no es otra cosa que el fruto de un fuerte egocentrismo y por supuesto un rechazo a la soberana voluntad de Dios. Sé que tomará sentido para Usted y para todos aquellos que con un corazón enseñable desean hacer lo que Agrada a Dios –particularmente los que predicamos su Palabra- aunque no siempre sea de su propio agrado. Sería bueno introducirnos al tema con las palabras del Bendito Salvador porque allí se encuentra el meollo del asunto:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 
                                                Mateo 16:24. 

Notemos primero que seguir a Cristo (hacer su voluntad) requiere negación de nuestra propia voluntad. De lo que quisiéramos o deseáramos fuese. Imaginemos en mundo donde sucede exactamente lo que deseamos y nos proponemos; La conclusión seria que hemos venido a ser dioses gobernándonos a sí mismos. Más la Biblia afirma no en pocas ocasiones que somos criaturas “hechura suya y ovejas de su prado”[1] así que tenemos un Dios con todos los derechos sobre nosotros en razón primero a ser su creación con la atenuante para quienes invocamos el nombre del Gran Salvador[2] que pertenecemos a su redil por tanto es también nuestro pastor. Tenemos entonces que repetir con el Salmista “Nuestro Dios está en los cielos y todo lo que quiso ha hecho”[3]

En segundo lugar, en su comentario a Mateo William Hendriksen dice:

La muerte de Cristo solamente será de valor para los que están dispuestos a morir al pecado y al yo …Si alguno quiere ser (contado como) adherente mío, debe de una vez por todas despedirse del yo, aceptar decididamente el dolor, la vergüenza y la persecución por mi causa y por amor a mí, y entonces seguirme y continuar siguiéndome como mi discípulo”[4]  

Sencillamente tomar su cruz. Aceptar decididamente: Dolor, vergüenza y persecución.

 La historia del profeta Jonás es bastante locuaz en cuanto al título que hemos elegido para hoy: ¿Enojado con Dios? El profeta es comisionado para que llamase al arrepentimiento a un pueblo (Nínive) que no era precisamente el de sus más entrañables afectos. Desde el comienzo de su libro, la Escritura muestra a un hombre de Dios que, más allá de razones o motivaciones luchaba con aceptar la Voluntad de Dios tal como le fue expresada. Si bien su nombre Jonás significa en hebreo paloma, también  “un oriundo de Jonia” o sea, Grocia, donde había profetas llamados Amythaonidae. Amittai-expresión hebrea por “verdad,” “relator de la verdad:” apropiado para un profeta”[5]-, con todo se había propuesto hacer lo que bien le parecía alejándose como es obvio de su Señor.

Leyendo su libro todo sabemos lo que aconteció: No pudo huir de Dios, Él mismo se lo impidió y luego de que lo sumergió en aguas profundas es no solo seducido (como Jeremías[6]) sino literalmente obligado a ir a predicar a donde Dios dijo que fuere y a los que Dios ordenó que predicare. Con esto debiera bastar para que cualquiera que se precie de llamarse Hijo de Dios, siervo del altísimo se rindiese y dejase llevar por las poderosas aguas de su Eterno Propósito sin chistar[7].
 
No fue acaso esto lo que hizo Abraham en cada oportunidad que Dios le demandó Obediencia que proviene de la una Fe autentica.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 
                          Hebreos 11.8 

Jonás por el contrarió huyó. Muchos comentaristas afirman, no sin razón, que el motivo de Jonás para huir se sugiere en el siguiente pasaje:


Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 
                                                 Jonás 4.2

Y que los más probables temores de este desertor fueran el perder credibilidad y ser considerado “falso profeta” al hacer premonición sobre la destrucción de Nínive y debido a la misericordia de Dios esta no se cumpliese. O anunciar las Buenas Nuevas a una Nación pagana tan Idolatra. Constantemente como Jonás enfrentamos el dilema de, o huir de la voluntad de Dios o exponernos a la vergüenza, al menos precio y hazmerreir de quienes nos rodean. Y queremos evitarlo porque amamos más nuestra propia gloria que la Gloria de Dios.

1. Apesadumbrado hasta lo sumo


Suele sucedernos cuando algo o alguien no encajan en nuestros planes que nos enojamos con Dios, cuando se trata de otros, de terceros, nos molesta que sea tan Benevolente, Gracioso, Misericordioso. Socarronamente[8] mostramos un dejo de bondad superficial pero en lo más profundo de nuestro corazón deseamos su destrucción con el auto engaño que somos mejores que estos.

Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová… 
                                           Jon 4: 1-2ª…

El capitulo 3, el que precede a esta porción, nos narra el arrepentimiento de todo Nínive ante la inevitable, (por serle impuesta por Dios), tarea del profeta y su respuesta fue aflicción extrema, tristeza. Es sorprendente como deberíamos alegrarnos por el Bien que Dios haga a otros pero ya sea por envidia, por competencia o porque nos es paradójico terminamos airados con las decisiones de Dios. Pero, para agravar el cuadro, bajo este reprobable estado del alma ¡oramos a Dios! Viene a mi memoria el gran E.M. Bounds[9] quien insiste que la oración es ante todo un medio de Gracia para apaciguar nuestras pasiones y someter nuestra mala voluntad a la buena, agradable y perfecta voluntad del Señor[10].

Esta muy mal que tal actitud la asumamos con el impío, al fin y al cabo la benignidades de Dios buscan guiarlo al arrepentimiento[11] pero peor es aun cuando es uno de nuestros hermanos en la Fe. Nuestra identidad, unidad y corporeidad con él es nada menos que en Cristo.

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.  
                                              Romanos 12.14-15

Aun cuando quien recibe la misericordia y bondad de Dios fuese aquel que nos ha infligido daño, afrentado, vituperado y mentido sobre – ese pareciera ser el caso de los ninivitas con Israel pueblo de Jonás- nosotros tenemos no la obligación, ni el deber, sino necesidad impuesta de amarlos.

Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
                                              1ª Corintios 9.16
2. Enojado hasta la muerte 

Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. 
                                          Jonás 4.3-6
                                            


¿Mejor es la muerte que la Vida? Si bien, Pablo dijo que morir es ganancia, no hay duda que fue la declaración del Espíritu Santo en referencia al que muere habiendo terminado su carrera, al que da su vida por la Gloria de Dios; pero en nuestro caso provenía de las confusiones y pasiones propias de uno que no aprobaba para nada las decisiones de Dios. En este caso innegablemente no puede ser mejor la muerte; bien dijo el Cantor de Amores[12]

No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio; Pero nosotros bendeciremos a JAH Desde ahora y para siempre. 
                                                                 Salmo 115.17-18

¿Haces tú bien en enojarte tanto? Que pregunta tan sencilla y profunda. Dios nos conoce palmo a palmo. El justo ha de procurar de hacer siempre el bien. Su enojo ¿era un enojo santo como el de Jesús al sacar a los mercaderes del templo propio de un celo por hacer la voluntad del Padre? [13]Absolutamente no. Sin respuesta solemos de nuevo huir de la presencia de Dios porque en el fondo de nuestro corazón nuestra conciencia nos dice que estamos peleando contra Dios y anticipadamente nos advierte la derrota. Sin embargo la misericordia de Dios es para siempre y buscó alegrar el alma de su elegido levantando una calabacera para proteger del sol canicular a su “profeta” que posiblemente albergaba la esperanza fatua de ver destruida aquella ciudad malvada con sus gentes. Recordemos un caso particular ocurrido con Juan el discípulo amado con Cristo quien yendo a Jerusalén envió mensajeros a una aldea de samaritanos para hacerle preparativos pero estos no le recibieron.

Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea. 
                                                     Lucas 9.54-56

Juan como Jacobo era creyente, sin embargo no sabía a qué espíritu pertenecía. La amargura de no ver hecho aquello que esperábamos puede cegar de tal manera nuestro entendimiento que perdemos la perspectiva del Divino Espíritu que mora los santos y tratar de dar salida a las circunstancias “en la carne” si es que el termino se me permite.

Cristo vino con el fin de Salvar, perdonar, restaurar, reedificar, y nos comisionó para tal tarea, si bien es cierto habrá un juicio final, Él, nuestro Señor y Salvador será el Juez Supremo.


                         
3. Enojo Egoísta
                                         
Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?  
                                                      Jonás 4.10-11
                                                           
La negación de si mismo que demanda el verdadero Evangelio de Jesucristo implica por lo menos cuatro cosas:

Que salga de su auto-compasión para compadecerme de los demás.

Que viva intensamente lo dicho por Pablo a los Corintios: El amor no busca lo suyo[14] 

Que ame, cuide y defienda la creación de Dios, cuya prioridad para Dios son las personas sin menosprecio de la baja creación 

Que su deseo e interés sea el de subordinarse al Eterno y Glorioso plan de Salvación de Nuestro creador y redentor siguiendo el ejemplo del Señor Jesús:


Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.  
                                                        Mateo 26.36-39/42b


Jesucristo estaba triste, angustiado en gran manera, triste hasta la muerte; pero nunca perdió la dimensión y tipo de relación con Dios Padre. Una relación de amor, subordinación y búsqueda de honra a Dios, a costa de su propia vida a favor de otros, a favor de la causa de Dios, su Bendito Evangelio.


No hay duda que tenemos derecho a estar tristes, angustiados, conturbados pero lejos de nosotros ENOJARNOS CON DIOS.



Pr Manuel Cendales S.
palabraprofetica@hotmail.com

1 Salmo 100.3 
2 Jesucristo hombre. 
3 Salmo 115.3 
4 El Evangelio según San Mateo. William Hendriksen. Comentario al Nuevo testamento. Pág. 689. Libros Desafío.
5 JFB. 
6 Jeremías 20.7-9
7 chistar. (De chist). intr. Emitir algún sonido con intención de hablar. U. m. con neg. || 2. contestar (ǁ replicar). Diccionario DRAE.

8 socarronería. (De socarrón). f. Astucia o disimulo acompañados de burla encubierta. Diccionario DRAE 
9 El Predicador y la Oración E.M. Bounds. Libros CLIE. 
10 Romanos 12.2 
11 Léase Romanos 2
12 El rey David era llamado así. 
13 Juan 13.17 14 1a Corintios 13