LAS EMOCIONES
¿Señales Fehacientes?
“No es novedad
que una religión falsa aparezca
y prospere en un momento de avivamiento, ni que entre creyentes verdaderos
aparezcan Hipócritas”
Jonathan Edwards
La historia de la humanidad y sus eventos mas gloriosos como los mas míseros, también los mas grandiosos y colectivos como
los mas sencillos e individuales, han expresado y lo seguirán haciendo, las emociones humanas.
Exitos, frustraciones, guerras o tiempos de paz, alcances científicos, descubrimientos; pero también los momentos más lúgubres del hombre, están enmarcados en manifestaciones emotivas.
Pero ¿Que son las
emociones?
Una definición muy acertada podría ser: Las emociones son las actuaciones enérgicas e intensas de las inclinaciones y
la voluntad del alma. Y es que el hombre posee por regalo de Dios dos
capacidades centrales, a saber:
El entendimiento: a través del cual examinamos y juzgamos las cosas
La voluntad o inclinación: capacidad que nos permite observar las cosas, no de una
manera indiferente e imparcial sino paralizados, a gusto o a disgusto,
aprobando o reprobando. Es decir, tomamos una posición a favor o en contra, inclinadas
definitivamente a lo que hemos asumido y se llama voluntad cuando tales puntos
nos llevan a tomar decisiones. Así que: entendimiento y voluntad producen actuaciones enérgicas, que llamamos emociones.
La gran pregunta es:

Si la doctrina bíblica y particularmente la teología paulina, enseña que la verdadera religión consiste principalmente en emociones
santas y el apóstol Pedro como
ejemplo nos dice que la fe genuina en Cristo produce gozo inefable y glorioso
(1 de Pedro 1:8), podremos decir que ¿siempre que haya manifestaciones
altamente emotivas, el Dios de la Biblia esta en el asunto y quienes las
experimentan son cristianos verdaderos?
Lo preocupante del asunto es que ciertos líderes y sus movimientos afirman enfáticamente en sus mensajes que si el
devoto entra en éxtasis afectivo,
se quebranta o salta cual cervatillo de resortada en resortada, es porque el
Espíritu de Dios
esta haciendo “algo” en él.
Si las emociones por si mismas garantizan la salvación, tengo el temor que muchos “morirán engañados”. Solo para ejemplo citemos algunas de
estas manifestaciones plasmadas en la Biblia y que no tenían como origen una comunión intima con Dios; permítame antes recordarle que no porque toda
planta produzca frutos, significa que sus frutos sean necesariamente buenos.
En primer lugar digamos que hay muchos espíritus perversos que se disfrazan como ángeles de luz (2 Corintios 11:14). Nadie
puede dudar que Cain airado contra su hermano Abel le matara, igualmente
David aborreció al enemigo de Dios y al filisteo incircunciso Goliat mató y sin embargo la mente (inclinación-voluntad) fue distinta en el homicida y
el guerrero. Cain tenia como origen de sus acciones, su naturaleza pecadora y a
su padre el diablo; David un corazón conforme al Señor y el Espíritu de Dios.

El celo es una de las emociones mas fuertes; casi tanto como el amor
(Cantares 8:6-7); sin embargo, observamos al fariseo Saulo de Tarso,
posteriormente el Apóstol Pablo. En los primeros capítulos del libro de los Hechos, vemos como
el celo de este religioso le llevo a ser perseguidor y payar la matanza de
cristianos; sus razones eran “religiosas,” pero no procedían de Jesus; todo lo contrario, persiguió a Jesus hasta que se le manifestó y convirtió su alma (Hechos
7:59-60 y 8:1; 9:1-25). Luego, su celo era genuino, provenía de Dios, era santo y posteriormente le
vemos recriminando a judaizantes que con celo falso querían destruir la iglesia (Galatas 4:17) y a
otros cristianos en Roma les dice que tienen celo de Dios; pero no conocen a
Dios (Romanos 10:1-2), muchos judíos mientras Jesus les predicaba, emocionados dijeron: “¡Hosanna al hijo de David!” (Mateo 21:9) y afirmaron : “Te seguiré dondequiera que vayas;” sin embargo, su “amor” se mostró falso, porque se enfrío y no perduró.
Los galatas, le expresaron tal amor a Pablo, que estaban listos a
arrancarse sus ojos y dárselos (Galatas 4:15) ¡Que amor tan extravagante ! Y a pesar de ello, el apóstol dice: que tiene el temor, de haber
trabajado en vano con ellos (Galatas 4:11)
El rey Saul, sintió una falsa tristeza por su pecado, pero en realidad había desechado la Palabra de Dios (1 Samuel
15:24-25).

Las muchedumbres para ejemplo, aunque asisten a un mitin político, un partido de fútbol, un concierto de Rock; cantan,
saltan y hasta pueden llorar y sin embargo, ¡cuan lejos, pueden estar de alabar a
Dios!.
Por cierto al llegar Jesus a Jerusalén sentado en un pollino, expresaron
muchas emociones religiosas; admiración, amor, respeto, hasta tiraban sus ropas
en el suelo para que él pasara pasara por encima; agradecían los beneficios que había echo por ellos y fueron precisamente
esas multitudes airadas y llenas de odio contra el ungido, quienes gritaban con
morbosa emoción: ¡Crucifícale, crucifícale, crucifícale!
Ahora bien, la existencia de fuertes emociones religiosas, no
necesariamente es señal de fanatismo, mal podríamos condenar a la gente que manifiesta por Dios
emociones fuertes o intensas; pues este es el mandamiento “Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas”.

Lo que no podemos dar por sentado en confianza extrema, es que las
emociones fuertes sean prueba de avivamiento, conversión o siquiera arrepentimiento, pues Judas
lo indica en la Biblia; luego de vender al maestro, se entristeció y se colgó probando lo dicho por el apóstol: que la tristeza que viene de Dios
es para arrepentimiento, pero la del mundo es para muerte (2 Corintios 7:8-10).
Judas jamas se arrepintió.
Un extremo es rechazar todas las emociones espirituales como falsas; el
otro extremo es el de tener a todas la fuertes emociones religiosas como señales de verdadera conversión, sin inquirir en cuanto a la naturaleza
y la fuente de dichas emociones.

Jesus mismo, llamo a los fariseos: hipócritas, simuladores y acuso abiertamente
de que esa generación tenia oído y ojos, mas
ni oía ni veía; y sin embargo, tuvieron une religión fuerte e influyente dentro del judaísmo.
Si el presente ensayo logra que usted se detenga y revise si su afectos
son producidos o no por Dios, su palabra, su Santo Espíritu y no cree a todo lo que experimentan
sus sentidos sin verificar primero. Valió la pena el esfuerzo del presente
escrito.
SU SIERVO PS MANUEL CENDALES
SU SIERVO PS MANUEL CENDALES