Tomado de "Primera Nota" Editorial de la Revista Palabra Profética. Mes Mayo 2010
Texto en referencia:
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No es mi propósito polarizar la predicación contemporánea, y podría responder afirmativamente que hay muchas gamas de desaciertos en el sermón actual, que lejos de llevar a Cristo a sus prosélitos –tales predicadores- los empujan a alejarse cada vez más del Señor. Sin embargo, la Biblia vehemente y enfáticamente polariza entre justo e impío, caliente y frío, Cristo y Belial, La verdad y la mentira. ¡No dice que hay verdades a medias!
Una muy buena pregunta que debería hacerse la iglesia -particularmente los que desarrollan la Gloriosa tarea de predicar- en relación con su labor y el fruto de la misma seria: ¿Estoy conductizando o Evangelizando? Porque son dos cosas no sólo diferentes sino totalmente opuestas al deseo de Dios, según lo expresan sus Santas Escrituras. Permítame tratar de definirle de la manera más sencilla posible “Conductismo”:

El conductismo es una extensión del evolucionismo, que considera que el hombre es un animal superior, pero animal al fin y al cabo. Ahora bien, ¿No es el conductismo el método de enseñanza por excelencia en muchas comunidades cristianas?
El tipo de sermón conductista en su fase más simple, mediante estímulos, que van desde sencillos a complejos, enarbola lemas reiterativos tales como; “aleluya, gloria a Dios, amén”, “éste es el año de la cosecha”, “Dios hará de ti una nación” o a través de himnos o cánticos espirituales específicos que han sustituido la adoración por una especie de declaraciones que en nada difieren de las “barras bravas del Fútbol rentado” y que abuchean con el fin de alcanzar un avivamiento; A otro nivel son sermones llenos de exigencias de buena conducta (legalistas), y presentando la Biblia (Palabra de Dios), como una especie de libro de leyes fijas y permanentes que de ser aplicadas obtendrán invariablemente el mismo resultado (2+2=4), con ideas centrales tales como “ayuna y vencerás”, “confiesa y recibirás”, “cree y tú y tu casa serán salvos”. Estas estereotipadas predicaciones buscan indefectiblemente una cosa: que el “pueblo de Dios”, como el ratoncito del laberinto (conductizando), responda a sus intereses, que en muchas ocasiones, sólo buscan saciar el voraz apetito de poder, honra y riquezas de estos predicadores.
Ahora, cierto es que éste primer nivel de conductismo también lo predican personas sinceras, que aman el cuerpo de Cristo, pero que desconocen no sólo las Escrituras y sus doctrinas, sino las estrategias del diablo, encubiertas mediante hombres malvados y de antemano condenados que introducen a la Iglesia doctrinas de demonios. (2) Cerremos esta primera parte con esta breve idea de conductismo:

Tales sermones niegan implícitamente la voluntad y el alma humanas, y si el evangelio es esencialmente predicado para Salvar el alma ¿Cómo alcanzar a los perdidos? Ciertamente, no es sólo cambiando su conducta, es necesario que nazcan de nuevo.
Queridos obispos, el “conductismo cristiano” presenta una segunda fase más compleja, y que sin embargo, aunque se viste de “conocimiento” busca el mismo objetivo: generar conducta y nada más.
Como respuesta a los primeros conductistas del siglo XIX, surgió una corriente que pretendía conocer mejor el alma humana y que no creían necesitar apelar a la Biblia, La Palabra Divina; que desconocieron abiertamente al Padre de las almas quien verdaderamente conoce y ama el alma humana, Dios. Tal corriente fue “encabezada por psicólogos alemanes como Wertheirmer, Kohler, Koffa y Lewin. El desarrollo de esta línea cognoscitivista fue una reacción contra el conductismo de Watson Holt y Tolman rechazaron fuertemente conceptos de condicionamiento y enfatizan desde su punto de vista que los individuos no responden tanto a estímulos sino que actúan sobre la base de creencias, convicciones actitudes y deseos de alcanzar ciertas metas, esta posición es conocida como conductismo-cognoscitivista” (4)
Pareciera ser la corriente apropiada y verdadera, pero confía que la mera creencia (Firme asentimiento y conformidad con algo) y el deseo son suficientes, rechazando lo que dijo el Señor; “... no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia...” (Romanos 9.16)
Pareciera ser la corriente apropiada y verdadera, pero confía que la mera creencia (Firme asentimiento y conformidad con algo) y el deseo son suficientes, rechazando lo que dijo el Señor; “... no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia...” (Romanos 9.16)
Bajo esta línea de predicadores, se hallan incluso hombres eruditos que le han dado el pedestal al conocimiento, que piensan erróneamente, que el solo conocimiento de las grandes doctrinas, la moral de Dios y su bendita ley serán suficientes para cambiar al hombre; y a la verdad, al igual que el grupo de lo que he llamado “la primera fase” logran cierta transformación, sólo que de una manera externa y superficial, llevando al pueblo a lo que el apóstol llama una “fe fingida”, pero para explicarlo, permítame presentar otra definición de conductismo, que por más corta no deja de ser profunda y beneficiosa para nuestra exhortación:
“Orientación metodológica que estudia el comportamiento sobre las relaciones de estímulo y respuesta y a partir de la conducta y de las reacciones objetivas, sin tener en cuenta la consciencia, que es considerada un epifenómeno” (5)
Noten, sin tener en cuenta la conciencia. ¿Es importante la conciencia en la evangelización? Y ¿Qué es conciencia según la Biblia?
Conciencia viene de una palabra griega Συνείδησις suneídesis “conciencia moral”. Es decir esa área del alma que indica al individuo que existe una ley divina y que le revela su estado frente a las demandas de justicia de ésta. Pablo, preocupado por las falsas doctrinas le ruega a Timoteo que se quede en Éfeso para que mande que no se enseñen doctrinas diferentes ¿Por qué las veía diferentes?

Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
1ª Timotea. 1.5-7
Bueno, no hay duda de que el propósito de tal mandamiento es que la predicación, apelando no a la conducta o al mero intelecto, apele a la conciencia y dé como resultado que los profesantes fueran el fruto de la Fe sobrenatural que otorga Dios a sus escogidos y no el resultado de una construcción interna meramente cognoscitiva y psicológica; es decir, una especie de autosugestión.
Trayendo a colación nuestro pasaje referencia de la presente nota editorial ( 2ª Tim. 3.14), Pablo insta a Timoteo a persistir (deseo + voluntad) en lo que has aprendido (conocimiento no meramente intelectual sino fruto de la iluminación del Espíritu por la predicación ungida del genuino Evangelio; El de Cristo crucificado, en el cuál la sabiduría humana no es el fundamento) (6) y te persuadiste ; una clara apelación a la introspección que el conductismo niega; un llamado a la conciencia que da testimonio al corazón (7) , la que generalmente por el pecado es mala, está cauterizada o en el mejor de los casos debilitada (8) y requiere de la graciosa y misericordiosa operación, nada menos , ni nada más, que del GLORIOSO DIOS, del Espíritu Santo.

Al mismo Timoteo, Pablo insiste que la clave del Evangelio es ir al corazón del pecador (¡y los creyentes también pecamos!).
Manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar 1ª Tim. 1.19-20
Permítame terminar con una cita del libro “Cuando no se disipan las tinieblas” (9) que nos permitirá de una manera ilustrada aplicar esto a nuestras almas:

Manuel Cendales S.
palabraprofetica@hotmail.com
palabraprofetica@hotmail.com
(1) http://www.espaciologopedico.com/
(2) Judas 4; 1ª Tim.4.2
(3) http://dipromepg.efemerides.ec/teoria/t1.htm
(4) http://dipromepg.efemerides.ec/teoria/t1.htm
(5) Epifenómeno. m. Psicol. Fenómeno accesorio que acompaña al fenómeno principal y que no tiene influencia sobre él. Diccionarios DRAE
(2) Judas 4; 1ª Tim.4.2
(3) http://dipromepg.efemerides.ec/teoria/t1.htm
(4) http://dipromepg.efemerides.ec/teoria/t1.htm
(5) Epifenómeno. m. Psicol. Fenómeno accesorio que acompaña al fenómeno principal y que no tiene influencia sobre él. Diccionarios DRAE
(6) 1ª Cor.1.18-21 ss ; 1ª Cor 2.1-5
(7) Romanos 2.15;
(8) 1ª Cor. 4.4;1ª Tim. 4.2; 1ª Cor. 8.7
(9) Editorial Portavoz. John Piper.Pag. 21
(7) Romanos 2.15;
(8) 1ª Cor. 4.4;1ª Tim. 4.2; 1ª Cor. 8.7
(9) Editorial Portavoz. John Piper.Pag. 21